El jueves 27 de septiembre el
Ayuntamiento aprobó la Ordenanza Reguladora de Terrazas y su Ordenanza
fiscal. Ha sido una oportunidad perdida
para regular con sentido común y mesura. Espero que su aprobación no provoque
más conflictos de los que ya hay.
Aspirábamos a ser Ciudad Atarfe,
y resulta que este ayuntamiento ni siquiera tenía ordenanzas reguladoras. Después de
años sin control la necesidad de hacer caja ha hecho que se hayan
aprobado 14 o 15 ordenanzas de golpe y
todas se aprueban para poder
aprobar nuevos precios públicos en sus ordenanzas fiscales.
La regulación de la ocupación de
la vía pública por las terrazas era una necesidad ineludible, pues en
determinados puntos calientes de Atarfe, el ruido, el desmesurado aumento
de mesas, el incumplimiento de los horarios está acarreando una
auténtica tragedia para muchas familias afectadas. Asimismo se ocasiona una competencia
desleal para otros establecimientos y se
potencia la imitación de malas prácticas: … si
ese lo hace porque yo no y algunas
ocupaciones de la vía pública están creando
problemas de accesibilidad y movilidad, pues hasta se cortan calles y se
impide el paso por las aceras con algunas terrazas.
La Ordenanza debía dar respuesta
a los problemas que sufre la gente. El
equipo de gobierno y sus socios deberían estar atentos a lo que los ciudadanos
dicen. Sin embargo, el grueso de las alegaciones realizadas por un grupo de
vecinos afectados por los abusos y por los Concejales miembros de Democracia en Acción, han ido a parar
al cubo de la basura y nos recuerdan que las
sugerencias de los ciudadanos no vinculan a la Administración. Que se dé
voz a los ciudadanos y que se arbitren vías de participación es una decisión política que muchos
ayuntamientos tienen regulada.
Hasta ahora las normas no
existían porque así tenían las manos libres para actuar con arbitrariedad; está
claro que pretenden seguir actuando con
la misma discrecionalidad de siempre: la Ordenanza aprobada es una copia
literal de la ordenanza de Albolote de 1996, aunque, sorpresivamente, todos los
párrafos limitativos, por ejemplo los de espacio máximo de ocupación, longitud
máxima…, están borrados. Dependerá de lo
que en cada momento decidan los que mandan. Además, al final de todo el
articulado añaden una disposición transitoria que dice: El ayuntamiento se reserva el
derecho a desarrollar en cada momento, mediante Decreto de Alcaldía o acuerdo
del órgano competente, previo estudio individualizado, las condiciones
específicas en que conceda las autorizaciones. Con esta Disposición, abren la puerta a que el ayuntamiento actúe con
total discrecionalidad, sin que existan criterios objetivos que le obliguen
también a él. En un Estado Democrático
las normas deben obligar a todos, también al que legisla y vela porque éstas se cumplan.
Las alegaciones que presentamos,
pretendían:
1) Eliminar cualquier discrecionalidad por parte del gobierno municipal. Normas claras e iguales
para todos.
2) Reducir los horarios, y propiciar la estacionalidad en la
temporada veraniega. Propusimos las 12 y 12,30 de la noche como hora
límite. Nos parece abusivo la 1,30 de la noche para días festivos, además puede salir rentable saltarse el
horario como ahora, ya que las multas por faltas se han calculado con precios muy bajos.
3) Poner coto a la
contaminación acústica, pues la
Ordenanza no concreta al respecto. Por
no haber, no hay ni aparatos de medición de ruidos ni se piensa dotar de ellos
a la policía municipal. No por casualidad.
4) Poner límites claros a la ocupación, como tienen las ordenanzas de los pueblos
vecinos y de la capital: en Albolote son 30 m2 de ocupación máxima y 15 m2 de
longitud máxima; en Granada el máximo de ocupación en plazas es de una doceava
parte de las mismas y, en ningún caso, la
terraza podrá ocupar más de 1,5 de la superficie del local de referencia. En Atarfe, en cambio, no se fijan límites, lo
que significará un empeoramiento de la situación actual, ya que la ocupación de
una terraza puede ser la que quiera el propietario.
Se fija un precio por m2/día de 0,11 €, es decir, una mesa con sus sillas
costará al día 0,44€ en temporada de verano y 0,22 € en temporada de invierno pues
a los establecimientos que mantengan durante todo el año la terraza se les
bonificará en la temporada de invierno con un descuento del 50%. El mundo al revés. Esto quiere decir, que un
pequeñísimo establecimiento, pagando un mínimo alquiler de vía pública, puede
competir con quien ha hecho una gran inversión
en local. El alcalde se jactaba de que
los precios de ocupación son los más
bajos de Granada.
5) Especificar el papel que debe jugar la policía local para hacer
cumplir la Norma aprobada. Rechazaron la
alegación y nos echaron en cara que queríamos darle lecciones a la policía que
conocían perfectamente su cometido. Esa alegación la copiamos, textualmente, de otras ordenanzas que la contemplan porque
sabemos lo que ocurre ahora: las denuncias que efectúa la policía se paralizan
cuando llegan a instancias políticas, por lo que no pueden actuar con autoridad
en el momento que se está cometiendo la infracción, cerrando por ejemplo una
terraza que está abierta sin licencia, con sillas de más, con televisiones y
música en el exterior, o cerrando por la noche a la hora que les parece, algo
bastante normal.
Menos los concejales miembros de
Democracia en Acción, la ordenanza
reguladora fue aprobada por el PSOE, PP e IU. Para nosotros, no servirá para mejorar la situación. Y no vamos a cejar en el empeño de que se respete el descanso y los intereses colectivos.
Rosa Félix
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